martes, 31 de diciembre de 2013

SEGUIMOS AQUI - FELIZ AÑO NUEVO!!!

Amigos y amigas, hemos llegado al final de este tramo del camino: un año más que se va, uno nuevo que llega. Para algunos el cambio significará el fin de una época turbulenta, dolorosa, olvidable. Otros habrán tenido la dicha de disfrutar plenamente los meses que se fueron sucediendo. A otros seguramente el 31 los ha sorprendido con esa sensación de que apenas ayer arrancaba el 2013. 
No ha sido un año sencillo para nosotros los tucumanos. En el ambiente flota el tufo de la injusticia, de la corrupción, de la inseguridad. Escasea el agua, falla el servicio de distribución de electricidad. La policía se acuartela y tenemos que enfrentarnos con una situación terrible, que días antes nadie hubiera podido imaginar en sus dimensiones reales. Saqueos, destrucción, violencia, represión, heridos y muertos (contabilizados al mejor estilo INDEC). Extorsión. Lejos, ajenos a todo, otros festejaban cegados por los reflectores, o sin querer mirar hacia el Norte. Mientras que, durante dos noches en vela, los vecinos armados para defender sus casas y negocios contemplaban el espectáculo (digno de consternada admiración) que suponen las calles iluminadas por barricadas en llamas.

viernes, 20 de diciembre de 2013

NO MIRARON AL CIELO

Como siempre para esas fechas, la expectativa crecía más y más. Esos últimos días del año, llenos de amores, odios, reflexiones, reencuentros, discusiones, soledades y propósitos de enmienda, difícilmente dejaban indiferente a alguien. En medio del calor tucumano y de la festividad del fin de otro ciclo, todos se preparaban, a su manera, para hacerle frente a lo que llegaba. 

Algún observador despistado, desde afuera, hubiera dicho que el último brote de la magia de la niñez había renacido (un poco retorcido) en los adultos. Esa tarde esperaban exaltados la noche. Juntos. Pero aún faltaban unos días para la llegada del Niñito Dios, o de Papá Noel. 

No miraron al cielo buscando una estrella, miraron sus pantallas, sus teléfonos y sus computadoras, tratando de asimilar el “Ahí vienen!!!”. El fuego iluminó las calles, y todos se ubicaron para esperar.


Autor: Hernán Ibarra